La coronación de la
Virgen de Linarejos no fue algo aleatorio ni improvisado, por más
que la comisión organizadora tuviese que trabajar contrareloj
durante los dos meses escasos de que dispuso. Este acto fue el fruto
de un trabajo serio y pormenorizado que convenció a las autoridades
eclesiásticas de que Nuestra Patrona merecía esta
distinción.
Es precisamente la iglesia
la que define cuándo ha de ser coronada una imagen y lo hace
de la siguiente forma:
Téngase en cuenta que solamente es oportuno coronar aquellas
imágenes que, por la gran devoción de los fieles,
gocen de cierta popularidad, de tal modo que el lugar donde se veneran
haya llegado a ser sede o centro de un genuíno culto litúrgico
y de activo apostolado mariano .
Cuando comenzaron los preparativos
de la coronación, la Hermandad se proponía dar a todo
este gran acto social un fondo absolutamente religioso y litúrgico.
Algo tan multitudinario corría el peligro de perder su sentido
original por lo que se plantearon ciclos de conferencias que nos
han ayudado a ahondar en la presencia e influencia de la Patrona
en la vida de nuestra ciudad.
Desde el momento de la noticia
hasta la coronación han sido numerosos los preparativos:
restauración de la corona, confección de las nuevas
vestiduras, diseño de todo el protocolo del acto y, todo
ello, envuelto en el carácter tan propio y solemne de la
ocasión.
Tal
y como había sido anunciado, la Patrona salió a las
10:30 del domingo 11 de enero por la puerta del Santuario, con lo
que se empezaron a vivir los primeros momentos de especial emoción
de la mañana. Iba a hombros y acompañada desde la
salida del templo por representaciones de todas las cofradías
y colectivos de Linares, así como de la música de
las distintas agrupaciones de la ciudad.
Aquel será recordado
minuto a minuto porque la coronación canónica de la
Virgen de Linarejos se desarrolló conforme al esplendor propio
que la ocasión merecía. La colaboración de
determinados colectivos también fue algo patente desde primera
hora de la mañana, una colaboración que se plasmó
en la asistencia de los representantes de los mismos, así
como en la participación activa de algunos como la Coral
Andrés Segovia.
La Virgen de Linarejos llegó
puntual a su altar situado en la Glorieta de América donde
a las 11:30 ya se habían congregado miles de fieles deseosos
de rendirle homenaje. A las doce del mediodía comenzó
la Eucaristía en la que se procedió a la coronación
canónica de la patrona de la ciudad de Linares.
La
llegada de Monseñor Monteiro fue otro de los momentos recordados
ya que su llegada se produjo en un ambiente de solemnidad propio
de las grandes celebraciones. Para el recuerdo nos quedamos con
las palabras que le susurró la directora de la institución
teresiana quien, con un exquisito cariño se dirigió
al Nuncio y le dijo, que alegría que nos viésemos
en la ceremonía de Santificación de Pedro Poveda y
ahora nos encontremos aquí, en su tierra.
Monseñor
Monteiro comenzó la homilía transmitiendo los saludos
de Su Santidad el Papa Juan Pablo II a todos los linarenses y, a
continuación evocó de manera magistral la figura de
María y sus virtudes cristianas y la historia de la devoción
hacia la Virgen de Linarejos.
Tras dicha homilía
del Nuncio, se acercaron al altar el alcalde de Linares y la directora
de la Institución Teresiana en Linares portando la corona.
El Nuncio la bendijo y, a continuación, en compañía
del obispo, procedieron a coronar a la imagen del Niño Jesús
y de Su Madre.
Una sonora traca y globos
con los cinco colores de la bandera de Linares inundaron el nublado
cielo y entonces hizo acto de presencia el sol, cuyo reflejó
propició un destello especial en la corona emocionando a
todos los presentes que se pusieron en pie y rompieron en aplausos.
La celebración prosigió
con una congratulación del Nuncio para la Junta Directiva
de la Cofradía de la Virgen de Linarejos Coronada y ésta
fue llevada en procesión hasta la Parroquia de San Agustín,
donde a partir de ahora y hasta marzo estará presente cada
semana en una Parroquia distnta de Linares se celebrará la
presencia de Ntra. Sra. a través de misas y cultos.